A bombo y platillo

Mi madre siempre insistió en que A bombo y platillo (2011) era una obra que debía perdurar. Y yo le hice caso.

La obra se ha convertido en una especie de oráculo que anticipa las políticas racistas, homófobas, populistas y falsas que ganan terreno en nuestra sociedad.

Nació en la Sala Triángulo de Madrid, donde fue muy bien recibida... Recibimos elogios de la crítica, ganamos el Premio a Mejor Actriz, recorrimos varios años en gira... Hasta que llegó su fin. Y después de eso, comenzamos nuevos proyectos, dirigí, escribí, y surgió Felicidad, la perra (o la necesidad de ser amado), Algunos días, en colaboración con el Centro Dramático Nacional... Fuimos finalistas en los Max (este año de nuevo, qué suerte, gracias), Mejor montaje en RNE, Premio al Mejor espectáculo en la Feria de Castilla y León, lo mismo en Indifest... muchas cosas, casi todo bien, casi. Siempre casi.

El punto es que siento un fuerte deseo de volver a presentar a esta líder política mentirosa (a veces conmovedora y amorosa a pesar de todo y de todos) y con el permiso de Luis Felipe Blasco (dramaturgo y director del montaje), la he revisado, un poco. Para su creación, improvisé con lo que me proponía y él elaboró la dramaturgia, y me gusta tanto que estará prácticamente igual. Solo que más actualizada, más de este momento.

Un A bombo y platillo más contemporáneo pero igual de complicado, embrollado y engañoso.

Porque, ¿podría el amor cambiar las cosas?

En el Teatro Lara encontrarás espectáculos de gran nivel como A bombo y platillo. ¡No te lo puedes perder!