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En Polonia existe un conocido proverbio que todos los polacos se toman en serio: `Un huésped en tu casa es Dios en tu casa´. Por eso los polacos tratan a los extranjeros con cálido afecto. Polonia es un país increíble de norte a sur. La costa polaca, en el mar Báltico, es muy larga y sus playas son anchas y arenosas. Leer más
En Polonia existe un conocido proverbio que todos los polacos se toman en serio: `Un huésped en tu casa es Dios en tu casa´. Por eso los polacos tratan a los extranjeros con cálido afecto.
Polonia es un país increíble de norte a sur. La costa polaca, en el mar Báltico, es muy larga y sus playas son anchas y arenosas. Gracias a la presencia de bosques resinosos y moléculas de yodo, el aire tiene propiedades medicinales. Por esa razón en la orilla del Báltico hay muchos balnearios abiertos todo el año.
Puedes visitar también puertos pintorescos y largos muelles, el más famoso, uno de los más largos de Europa, está en Sopot.
En el Parque Nacional Slowinski, podrás admirar las dunas móviles más grandes de la Europa Central (las más altas alcanzan altura de 40 metros). El viento hace que las dunas adopten formas curiosas: olas alargadas, valles y colinas.
Al sur de Polonia se encuentra una ruta turística única llamada Ruta de Nidos de Águilas, formada por ruinas de fortalezas procedentes del siglo XIV y XV situadas sobre las colinas y rocas calizas. Durante la turbulenta Edad Media, los señores feudales construyeron todo un sistema de castillos estratégicamente situados en las vertientes y cimas de las colinas evocando gigantescos nidos.
El alma de Polonia está esculpida en casi cada piedra de su antigua capital, Cracovia. Esta atmósfera puede sentirse en cada uno de los rincones de la ciudad. Debes pasear por su Casco Antiguo, que ha sido declarado por la UNESCO lugar protegido de la Historia Universal.
El corazón de la ciudad es Rynek Glowny, una gran plaza que recuerda la Gran Plaza de Bruselas o la Piazza San Marco en Venecia. Aquí era donde los mercaderes vendían sus mercancías. Hoy, puedes adquirir arte local y souvenirs o simplemente saborear una taza de café y relajarte con el paisaje.
No te puedes perder la Lonja de Paños, un edificio emblemático en el centro de la Plaza. Dentro se encuentra un animado mercadillo de artesanías. Cada hora en punto, se oye el sonido de la trompeta desde la torre de la iglesia de Santa María, en la Plaza del Mercado, un rito medieval que se transmite cada mediodía por radio a todo país.
Una visita obligada es comer en el Restaurante Wierzynek, ¡como hacía la realeza en el pasado! Siéntate y come en los salones decorados con antiguos candelabros, viejas armaduras de guerra y vetustos relojes.
Y por supuesto, no puedes dejar de conocer la actual capital, Varsovia, la ciudad más grande del país. El centro histórico, completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruido meticulosamente después de la guerra y en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si te quieres llevar un buen recuerdo de Polonia, no puedes marcharte sin comprar ámbar. La capital del ámbar es Gdansk donde hay toda una calle llena de tiendas de los artesanos, pero se puede conseguir en la mayoría de las ciudades polacas a precios muy atractivos.
A la hora de comer piérdete por los pequeños restaurantes situados en los edificios históricos. Para comenzar, nada mejor que alguna de las exquisitas sopas, de las que existen decenas de variantes. Algunas se sirven sobre grandes panes que hacen las veces de cuencos. Vale la pena probar la barszcz a base de remolacha que se sirve con raviolis rellenos de carne.
La ubicación. Una ciudad segura y con mucho encanto. El hotel bueno, sobre todo la localización. El personal amable, quizás un poco fríos, pero siempre atentos y resolutivos, El desayuno, que es lo único que hacíamos no estaba mal, pero echamos en falta más fruta y variedad. Por lo demás todo correcto.
El desayuno era muy correcto para un hotel de su categoría. El personal era muy atento y amable. Un hotel en un barrio tranquilo, pero lleno de acogedores restaurantes, bares y pubs.
Todo es excelente Fue la mejor elección ,el hotel está muy buen ubicado cerca a un centro comercial que lo tiene todo ,el hotel cerca a líneas del metro ,tiene al lado una tienda para comprar alimentos .Excelentes instalaciones
Contraté desayuno pero no tienen este servicio Muy Buena ubicacion. Habitaciones muy grandes. No disponen de desayuno
Buena experiencia. La ubicación muy buena. Se puede ir andando a todos sitios. El personal muy atento y servicial. El desayuno correcto. Muy recomendable.
Escapada a Varsovia El hotel es fantàstico, la piscina en la última planta genial. Desde allí se puede ver casi Toda Varsòvia. Totalmente recomendable
El tamaño de habitación y el desayuno. En general muy agradable y recomendable. Personal amable. En fin, nosotros sólo íbamos a dormir y a desayunar, para estas dos cosas, bien.
Muy buen servicio Ha sido una experiencia muy buena. La ubicación del apartamento está genial, muy próxima al centro y bien comunicada.
Desayuno y ubicación Uso de domotica para poder estar en la habitación. Bebidas calientes gratis en el Hall. Desayuno increíble, el mejor de todos los hoteles en los que he estado
Genial Céntrico y hotel muy bueno. Si volviese a varsovia repetiría en este hotel sin duda.
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