Solamente una Flor, de Salazar Bondy

Solamente una Flor, es un ejemplo de esas situaciones concretas de las familias de clase media, en que el afán de dinero frustra los más elevados ideales. Un clásico de uno de los mejores dramaturgos peruanos: Sebastián Salazar Bondy.

Silvia, mujer egoísta y llena de resentimientos, a través de un permanente chantaje emocional, trata de inducir a su hija Taty a abandonar su vocación de bailarina de ballet, para entregarla al empresario Giorgio Broggi, quien resolvería sus problemas económicos si lograra presentar a la muchacha en exhibiciones de música popular formando parte de un trió internacional de bailarinas frívolas.

Taty, dulce y buena, quiere a su madre pero se resiste a aceptar tales proposiciones. Además, está enamorada de Santiago, joven intelectual e idealista.

La acción dramática llega a su máximo cuando Santiago visita a Taty. La madre, que finge permanentemente estar muy enferma, aprovecha la oportunidad de la visita de Santiago para invitar al poderoso empresario Giorgio y anunciarle al joven la decisión de Taty de aceptar el compromiso con el magnate. Ante esto, Santiago se ve obligado a romper su relación con Taty y Silvia violentamente destruye la flor (símbolo de la inocencia) que el joven había traído para ella como regalo.

La muchacha  finalmente obedece, como bajo una hipnosis,  bailado, sin dejar de llorar.

Elenco profesional:
Silvia                                    Consuelo García
Tatiana                                Tatiana Rodríguez
Santiago                              Leito Monteverde
Giorgio Broggi                     Jorge López Cano

 

Dirección general            Jorge López Cano

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