Diario de un cuarentón

El tema del monólogo hace que te sientas identificado con todas las anécdotas. Andrés Torres llena el escenario con su actuación, ya que no te deja bajar la guardia y logra llevarte a su terreno e involucrarte personalmente en su monólogo. El teatro está muy bien situado al encontrarse en un lugar tan céntrico. No hubo ni una pausa ni un problema técnico. Pasamos una velada divertidísima y, sin duda, se lo recomiendo a todo el mundo que quiera reírse sanamente.

Todo fue perfecto.

Conozco a Torres de hace meses verlo en el teatro Neu,viene a ser el monologo de siempre,pero lo bueno del Torres,es que aunque el mismo monologo,no lo hace siempre de memoria,siempre pone algo nuevo en el monologo que a lo mejor en el anterior no lo comenta,es puntual empezó a la hora indicada,en valoración de escena he puesto un 5 porque no hay nada de escenario,es simplemente el sollocen el escenario vacío,la visión inmejorable lo vimos en 3ºª fila,

Buenísimo!!! No paré de reir desde el principio. Los cuarentones (y más y hasta alguno por debajo) nos vemos reflejados a la perfección. Recomendabilísimo!!! ¿Para cuándo la segunda parte?

Se me hizo corto.... y no paró de hablar y hacernos reir durante todo el monólogo.

El monólogo genial. Andrés hace que su historia te llegue como si te lo contase un amigo de toda la vida.

El club capitol está bastante anticuado y las butacas no son cómodas, la acústica justita...A parte nos tocó primera fila y salimos con un dolor de cuello importante.

Me encantó, no paré de reirme todo el tiempo y me transportó a los recuerdos de mi niñez. Conecta muy bien con el público.

Muy divertido y recomendable. Muchos recuerdos de la infancia que provocan risas aseguradas.

No hay nada que no me gustará.

El monologo es muy ameno y divertido, la hora y cuarto que dura aproximadamente se pasa muy rápido. A mi pareja y mi nos gustó mucho recordar situaciones de nuestra niñez y juventud. No he dudado en recomendarlos a gente a partir de los 30 años.

Monologo muy divertido, que en ningún momento se hace pesado. Te trae muy buenos recuerdos, de una época pasada.

No recomendable para gente muy joven, creo que se perderían muchos detalles.

No paramos de reirnos. Son 70 minutos de risa. Se nos pasó el tiempo volando. Es un monólogo que no se hace pesado, ni lento. Te quedas con ganas de más.

No se puede aparcar en la zona. O transporte público o sino pagar un parking.