El concepto de acto ritual, repetición mágica de una acción desprovista de realidad, es clave para la comprensión del teatro de Genet.
En Las Criadas la rebelión se expresa, no como una protesta, sino como un rito. Cada criada, por turno, hace el papel de la señora, expresando así su deseo de ser realmente la señora; ambas también tienen que turnarse en el papel de la criada, una progresión que va desde la adoración y el servilismo al abuso y la violencia; es la descarga de todo el odio y la envidia del desterrado que se ve a sí mismo como un amante rechazado. Este ritual es una especie de Misa Negra, el deseo de matar el objeto amado y envidiado que cristaliza en un ceremonial, un repertorio de acciones estereotipadas. Un ritual así, es una frustración integral, una acción que jamás se representará en el mundo real y que es repetida una y otra vez como un mero juego. Y ni siquiera el juego culmina, nunca alcanza su clímax natural, la señora siempre regresa antes. Este fracaso está ya sutilmente supuesto en las entrañas del rito mismo. El juego se plantea de tal forma que los preliminares son siempre demasiado largos, de esta manera nunca se alcanza el clímax.
El ritual de un deseo jamás alcanzado, es un acto completamente absurdo, es la futilidad reflejando la futilidad; deseamos conseguir algo que nunca puede salvar la distancia entre el sueño y la realidad; la magia simpática del primitivismo que es incapaz de enfrentarse a la fría e implacable dureza del mundo real. Este ritual pertenece al mundo de la neurosis y las obsesiones compulsivas. Es expresión de un alejamiento de la vida.
Hay en Las Criadas servidumbre inmanente, casi atavismo de clase inferior que se suscita y sobrepone a cualquier otro impulso ante la mera presencia del amo; ellas se saben inertes contra su atávico servilismo y reaccionan por donde pueden, por el único reducto de la mistificación. Su rito es un fraude que se hacen a sí mismas, pero es también el cumplimiento de una ley inexorable: el deseo de salirse de sí, de olvidarse de sí, que experimenta el ser humano descontento de su realidad personal.
El concepto de acto ritual, repetición mágica de una acción desprovista de realidad, es clave para la comprensión del teatro de Genet.