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Ávila, capital de la provincia homónima, es una ciudad de Castilla y León, Patrimonio de la Humanidad, que cumple muy bien los títulos honoríficos a los que se ha hecho merecedora a lo largo de la historia: Ávila de los Caballeros, Ávila del Rey, Ávila de los Leales, que figuran en su escudo. Leer más
Ávila, capital de la provincia homónima, es una ciudad de Castilla y León, Patrimonio de la Humanidad, que cumple muy bien los títulos honoríficos a los que se ha hecho merecedora a lo largo de la historia: Ávila de los Caballeros, Ávila del Rey, Ávila de los Leales, que figuran en su escudo. Y es que Ávila, desde sus orígenes remotos, debido a su ubicación estratégica (es la ciudad más alta de toda España a unos 1.182 m.s.n.m.), ha sido un lugar deseado como enclave defensivo. Por tal razón, han dejado huellas imborrables de establecimiento en la ciudad desde vetones, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos.
Lo más característico y conocido de Ávila es su muralla románica, que se conserva entera y en perfecto estado. El inicio de su construcción data de 1090. Encierra 31 hectáreas y tienes un perímetro de dos kilómetros y medio, y está sembrado de 87 torres semicirculares y nueve puertas. De noche, la muralla completa se ilumina sorprendiendo incluso al más escéptico visitante.
Ya dentro de Ávila podemos ser testigos de cómo el paso de los siglos ha sabido conservar los vestigios de los pueblos y culturas que por la ciudad pasaron. Así, en el caso antiguo, calzadas, mosaicos y, en gran medida, el trazado de la ciudad que se conserva con algunas modificaciones, nos reafirman la importancia cultural y militar que el Imperio Romano doto a la ciudad. Responde a la típica ciudad romana tipo hibernia (castros estables), de contorno rectangular, con dos calles principales que se cortan ortogonalmente en el centro donde estaba el foro, la Plaza Mayor, conocida como el Mercado Grande. Pueden observarse fácilmente antiguas entradas romanas en las puertas de San Vicente y Gonzalo Dávila, donde los cubos defensivos originales fueron conglobados en la muralla medieval.
Por su parte los vestigios medievales no son nada escasos. La catedral romano-gótica, con su posterior extensión con su fachada renacentista, las iglesias románicas de San Vicente y San Pedro, que datan del siglo XII, o el monasterio de Santo Tomás, del siglo XV, que fue residencia de verano de los Reyes Católicos. Asimismo, el palacio Don Diego de Ávila, adosado a la muralla, que tuvo un papel primordial de defensa al hacer frente a los ataques musulmanes en el siglo XVI. Fuera de las murallas, resalta la belleza de la ermita de San Segundo, en donde destacan sus capiteles esculpidos y su estatua de alabastro.
Sin embargo, más allá de esto, Ávila se traduce en un mosaico de bellos paisajes naturales, de tradiciones culturales y artísticas que sus habitantes se esmeran en conservar, en un espacio que guarda numerosas fiestas y folclore, mística y gastronomía típica y tradicional que hará las delicias de los visitantes que siempre prometen una vuelta.
La ubicación es perfecta, el desayuno muy variado y rico, y las camas muy cómodas. Visita a Ávila de fin de semana, en familia. El hotel está ubicado justo en la plaza de la catedral y desde allí es muy fácil moverse para conocer lo principal de Ávila
Correcto Subimos a conocer Ávila nos pareció una buena opción este hotel para subí en cocher
Limpieza Todo bien menos la atención, te descuidan mucho y no hay personal
El resto bien en general Todo bien, salvo 2 cosas, las habitaciones de la buhardilla te toca subir andando un piso andando y la nevera al abrirla se te quitan las ganas de coger algo, habia polvo sobre las latas y en la nevera.
La ubicación y los servicios de lo mejor. Mi experiencia fue muy agradable, fui con mi esposa a celebrar nuestro aniversario y nos encantó el hotel en todos sus aspectos, el hotel es grande y acogedor, ubicación excelente ya que está dentro de la ciudad amurallada. Volveríamos nuevamente.
La atención super amable del personal. A 10 minutos a pie del centro. Personalmente creo que mejor opción que los hoteles más cercanos que carecen de aire acondicionado y tienen mucho más ruido.
Nos permitieron alojarnos en habitación doble con niño sin suplemento ya qué dormía en las 2 camas que están juntas (en otros hoteles te obligan a pagar suplemento sin ni siquiera usar supletoria, solo "por protocolo o política de hotel". Habitación amplia con salón anexo (separado por puerta corredera) con varios sillones, mesas, tele y frigo. Muy limpio todo. Muy buen precio de 4* para una noche en finde . Al lado caminando de centro comercial pero muy alejado del centro si se pretende ir a pie. Muy limpio y habitación amplia.
Estupendo Hotel bien ubicado, acogedor y un restaurante muy bueno
excelente estancia muy agradable , muy buena ubicación y la haitación perfecta.
Muy básico La ubicación es buena, la habitación que nos tocó muy amplia pero el baño un desastre, la ducha sin presión y con el regulador de frío y calor fatal, además tuvieron que arreglarnos la alcachofa porque el primer día apenas salía agua. Por lo demás correcto.
ÁVILA
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