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En el linde crítico entre la montaña y el llano, sobre una meseta que domina las tierras aledañas, alza los muros de su acrópolis la ciudad de Huesca, capital del Alto Aragón, una pequeña urbe que conserva su sosiego y cercanía, guarda un pasado milenario e invita a vivir sus tradiciones mientras incorpora las más novedosas vanguardias y muestra su vitalidad. Leer más
En el linde crítico entre la montaña y el llano, sobre una meseta que domina las tierras aledañas, alza los muros de su acrópolis la ciudad de Huesca, capital del Alto Aragón, una pequeña urbe que conserva su sosiego y cercanía, guarda un pasado milenario e invita a vivir sus tradiciones mientras incorpora las más novedosas vanguardias y muestra su vitalidad. Sus gentes abiertas y amables hacen que sea una ciudad hospitalaria, con gran calidad de vida.
Lugares de interés:
En Huesca se pueden hallar muestras artísticas de todas las épocas y estilos, románico en San Pedro el Viejo, San Miguel, gótico en la Catedral, renacentista en su retablo y en el Ayuntamiento, barroco en Santo Domingo o San Lorenzo, edificios modernistas como el Casino, la Diputación Provincial y museos como el Arqueológico Provincial. Finalmente, se puede dar un paseo por el Parque para hallar esculturas de Coscolla o Ramón Acín, cuyas Pajaritas son el emblema de Huesca.
Qué hacer:
En torno a la ciudad existe una red de senderos y para bicicleta, ermitas (San Jorge, Salas, Cillas, Jara, Santa Lucía, Loreto), fuentes, albercas, el castillo de Montearagón... En la comarca de la Hoya, el castillo de Loarre, la fortaleza románica mejor conservada de Europa, los Mallos de Riglos y Agüero, el monasterio de Casbas y un sinfín de pueblos con encanto e historia. Las posibilidades son múltiples: jugar al golf, en Arascués-Nueno, volar en velero o avioneta en Monflorite-Alcalá, practicar el windsurf en Arguis y Tormos, descender ríos en canoa o hacer rafting en el Gállego, puenting, pasear a caballo en Huesca, escalar en Vadiello, volar en parapente, descender barrancos adentrándose en el Parque Natural de Huesca... Todo tiene cabida. Finalmente, breves desplazamientos, en torno a una hora, permiten acceder al esquí en Formigal, Panticosa, Astún, Candanchú o Cerler, y a toda la riqueza ambiental e histórica de las comarcas y condados del viejo Reino de Aragón, y visitar el Parque Nacional de Ordesa, el Valle de Ansó y Hecho, el Aragón, Valle de Tena, de Benasque, el Somontano, observar las bellezas de las cimas pirenaicas, el arte del Serrablo, Sobrarbe y Ribagorza y la joya oculta de los Monegros.
Todo Gran amabilidad de todos los recepcionistas. En el desayuno el personal también muy eficiente y amable :sí pedías algo especial te lo iban a buscar enseguida.
Atención del personal y ubicacion Primera visita a Huesca. Hotel recientemente renovado. Atención del personal, excelente. Por falta de previsión no pudimos cenar el día 31/12. Muy buena ubicación. Zona con relativamente fácil aparcamiento. Altamente recomendable.
Excelente ubicación Conocía el hotel de otras veces y lo he vuelto a elegir por su ubicación, cerca de todo
TRANQUILIDAD Y SITUACION Habitación silenciosa y con encanto neoclásico. Buena experiencia.
Atención y ubicación. Como siempre muy buena, y más con la reforma realizada.
Cómodo y muy recomendable Hotel renovado, bien ubicado y muy silencioso. El trato del personal fue excelente
Perfecta Muy tranquila…para repetir Un lugar perfecto para unos dias de relax
Ubicación, piscina Unos días estupendos para conocer la zona pirenaica y luego poder descansar, tomar un baño en la piscina, recorrer la ciudad... Fantástica estancia.
La ubicacion, el confort de las habitaciones, la amabilidad de todos los trabajadores, un detallito de navidad en la habitacion. Hotel muy centrico, hay mucha zona de parking alrededor del hotel que es zon azul. Pero a partir del dabado a las 2 ya no se paga. Tienen cafeteria y restaurante. El hotel esta reformado.
Céntrico y se puede aparcar por los alrededores El hotel está recién reformado, pero el mobiliario no se ve de calidad, con lo cual, cuando pasen unos años, se verá muy deteriorado. El armario tenía la puerta descolgada, el desagüe de la ducha estaba atascado. Dimos aviso dos veces en recepción pero no hicieron nada. También echamos en falta cajones para guardar las camisetas o ropa interior. No hay ni un solo cajón en ningún sitio(Ni en el armario ni en las mesitas de noche). El desayuno bien. Hay frutas, varios tipos de panes, bollería, platos calientes, cereales, embutidos,...Un poco de todo. Poca variedad pero de calidad(salvo la bollería). Nuestra habitación daba a la calle y descansamos bien. La almohada y los colchones son cómodos. Si volviera a visitar la provincia no me quedaría en este hotel porque coge un poco retirado de todos los pueblos y rutas de la zona.
HUESCA
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